Cada paso en Altautina deja una huella. Cada encuentro con el monte, una historia que merece ser compartida.
Si alguna vez caminaste por esta tierra, si sentiste el silencio, la fuerza del viento o el susurro de los árboles… te invitamos a dejar tu testimonio.
Contanos qué te movió, qué te transformó, qué te llevaste en el corazón.
Tu experiencia puede inspirar a otros a animarse, a escuchar el llamado de la naturaleza y a sumarse a este camino de reconexión.
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A finales de febrero de 2025 tuve la oportunidad de conocer el monte nativo de la mano de una excelente persona.
Malory Francois, un ser muy particular, un guardián del monte.
Pude comprender gracias a su experiencia en conexión con la naturaleza lo importante de cuidar esa gran extensión de tierra que fue depredada por el hombre. Quedarme una noche en el monte fue una experiencia donde desperté muchos sentimientos que jamás había experimentado, el monte tiene vida en todos sus aspectos.
Las imponentes extensiones de tierra junto a sus árboles nativos, variedad de animales terrestres, aves, pájaros que son una orquesta sinfónica natural que jamás había experimentado.
Dormir una noche en el monte sin ninguna comodidad como las que uno acostumbra en la ciudad. Pasar una noche en el monte es por momentos escalofriante y por momentos muy saludable emocionalmente.
El silencio del momento nos hace escuchar nuestro propio latido del corazón.
Admiro a Malory por descubrir dentro de su ser la humanidad que lleva.
Él comprende que su mensaje es claro y fundamental para las próximas generaciones.
Un ejemplo que deja una huella a todos los que conocemos su historia y a nuestras próximas generaciones.
Viví una experiencia única que me conecto a un entorno muy salvaje, los antiguos habitantes nos dejaron enseñanzas maravillosas y muy interesantes de descubrir en el monte.
Poder conectar con el espíritu del monte es una de las experiencias más maravillosas que me tocó vivir.
Gracias amigo por todo lo que realizas por la tierra.
Gracias por ser guardián del monte.

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